sábado, 13 de diciembre de 2008

El Ayuntamiento de Segorbe ha recopilado los textos que Max Aub escribió sobre Cervantes

*"Por encargo de la Fundación Max Aub, el Ayuntamiento de Segorbe ha recopilado los textos que Max Aub escribió sobre Cervantes. Dichos textos fueron escritos en el obligado exilio del autor."

Por encargo de la Fundación Max Aub, el Ayuntamiento de Segorbe ha recopilado los textos que Max Aub escribió sobre Cervantes. Dichos textos fueron escritos en el obligado exilio del autor.

En tales circunstancias, la literatura de Cervantes sirve a Max Aub para establecer un paralelismo entre la España de lo siglos XVI y XVII y la del siglo XX. Entre los textos que escribió Max Aub cabe destacar el de “Actualidad de Cervantes”, texto redactado poco antes de que la obra teatral, “La Numancia”, se estrenase en Paris, en el año 1937.

Por aquel entonces, Max Aub era delegado cultural de la II República en la Embajada francesa, y tanto él como Rafael Alberti recordaban que ese mismo año, “La Numancia”, se había estrenado en Madrid, en el teatro de La Zarzuela, bajo la dirección de Maria Teresa León. Aub atribuye la actualidad del texto dramático a la lucha que estaba librando el pueblo madrileño, y la similitud que guardaba con la heroica resistencia del pueblo numantino. Al igual que Numancia tuvo que enfrentarse al invasor romano, el pueblo de Madrid debía enfrentarse al fascismo que comenzaba a recorrer Europa, y que en el solar hispano estaba representado por el Franquismo, apoyado por Hitler y Mussolini. “La actualidad de Cervantes” es el primero de los ocho textos que escribió Max Aub sobre el genial autor. En él, no sólo habla de los paralelismos entre los dos momentos históricos; también describe la claridad y precisión de la prosa cervantina. Dijo Max Aub: “De no aparecer en la escena española un meteoro de la magnitud de Lope, es posible que el teatro español, influenciado por “El infamador”, “El saco de Roma”, o “La Numancia”, hubiese seguido un curso más parejo al teatro isabelino”.

El segundo texto, “Palabras de Max Aub en la representación que hizo Bú” (grupo de teatro de la Unión de Jóvenes Patriotas Españoles en México), expone sus teorías sobre la obra dramática de Cervantes. En dicho texto resalta la importancia del pueblo en el teatro español y el protagonismo que le da Cervantes en su obra. Aub pone de ejemplo un texto muy conocido de Cervantes; de él dice: “Ahora mismo lo vais a presenciar en “El retablo de las Maravillas”. En este breve cuadro veréis cómo el pueblo, un poco pícaro, un poco tuno, pillo, inteligente, lleva de cabeza a las clases gobernadoras a fuerza de ingenio”. El texto se vio reflejado en el órgano de comunicación de la Unión de Jóvenes Patriotas Españoles en México.

El tercero de sus textos, “El teatro en México”, es una crítica exhaustiva sobre la puesta en escena de “El Quijote”, en versión infantil, que se realizó en el Palacio de Bellas Artes de México; dicho texto se reprodujo en el periódico, El nacional, en agosto de 1947. Una crítica favorable al teatro emergente mexicano, y a la elección de la obra cervantina en el teatro infantil. En él, también da paso a la nostalgia; añoranza producida al recordar la apuesta decidida de la República por la cultura, y el dolor de la derrota.

“Algunos Quijotes”, es el título del cuarto texto escrito por Max, en 1955. En él nos habla de los Quijotes pasados y futuros; de la trascendencia que tienen todos ellos en la lucha por la justicia: “Rousseau defendió un mundo hermano al Ingenioso caballero, dice Max Aub. Don Quijote fue el referente de la Constitución Norteamericana; también fue adalid de muchos postulados morales que, años más tarde, enarbolaría la Revolución Francesa.

Max Aub escribe en México el quinto texto, “La Numancia de Cervantes”. En él alaba la obra de Cervantes en todas sus vertientes: la entereza del hombre en momentos adversos, también resalta los valores éticos de la obra, además de la estructura y de los componentes dramáticos; según Max Aub: “La Numancia, que es aquí lo que nos importa, es la mejor tragedia española. Nadie dio más en tesitura, donde lo difícil no es llegar, sino mantenerse”. Aseguró Cervantes haber sido el primero en reducir los cinco actos de las tragedias a tres. En realidad, “La Numancia” tiene cuatro. Pero al parecer, Juan de la Cueva, ya había experimentado sobre la reducción de los actos en la tragedia.

“Vueltas y vueltas al Quijote” es el texto número seis de Aub. En él argumenta que la fuerza de El Quijote es tal que en él se encierra la España de su tiempo; su esplendor y su decadencia. De él dice Max Aub: “El país dio hasta su último gramo de plata para defender el Imperio Español. Se dispersó la hacienda, arruinándose completamente en sesenta años. España se despuebla de tal manera que, en un siglo, pierde la mitad de su población entre guerras y migraciones..., un mundo que se deshace y no pudiendo representar a su héroe ciego, lo pinta loco. Porque Don Quijote es España y no el arquetipo de los españoles”.

“Lo más del teatro español es menos que nada”, es el séptimo texto y fue escrito en Palma de Mallorca, en octubre de 1960. En él vuelve a hablarnos del sentimiento popular del teatro español. Para Max Aub, las circunstancias en las que se desarrolló el teatro en España eran diferentes: “En España no existían palacios al modo renacentista italiano, sino castillos; por lo tanto, el teatro español no fue de salones sino de plazas”.

El octavo texto fue editado en México, en el año1966. El texto es una breve biografía de Cervantes, aunque las últimas páginas estén dedicadas al conjunto de su obra literaria. Lleva por título “Cervantes” y está integrado en “Manual de Historia de la Literatura Española”, de México.

Max Aub, admirador de la obra de Cervantes, cumplió así, uno de sus afanes, aunque fuese en el exilio. Hizo un viaje España en 1969. Se enfrentó a una sociedad que vivía bajo el peso del Franquismo. La amarga impresión que le causó aquel viaje la deja plasmada en el libro, “La Gallina ciega”

Teresa Galeote. Alcalá de Henares, Madrid.
Redactora, El Inconformista Digital.


Fuente: "El Inconformista Digital"

lunes, 1 de diciembre de 2008

A mediados del siglo XV se demostró que la Iglesia Católica no era legítima de Roma

* "Deseamos que la Santa Iglesia Romana sea honrada con veneración, como nuestra terrena potencia imperial, y que la Sede Santísima de San Pedro sea exaltada gloriosamente aún más que nuestro Trono terreno, ya que Nos le damos poder, gloriosa majestad, autoridad y honor imperial". (Donatio Constantini)

La donación de Constantino, se trata de un documento histórico en el cual Constantino I, emperador de Roma, renunciaba a su título imperial a favor del Papa Silvestre I. Lo cual hacía que fuese la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Además posteriormente el emperador cederá el título de "Pontífice Máximo" al Papa convirtiéndose en soberano de toda la Iglesia Universal.

A mediados del siglo XV, exactamente en el año 1440, Lorenzo Valla, humanista, demostró que la "Donatio Constantini" era una falsificación.

Lorenzo Valla, a pesar de ya haber estado amenazado a muerte por la Inquisición por anteriores demostraciones de falsificaciones realizadas por la Iglesia, demostró que dicho texto era una falsificación y que por lo tanto no podía ser de la época constantiniana. Lo cual ponía en evidencia en el siglo XV que todo el poder terrenal que la Iglesia Católica había impuesto sobre el pueblo era un engaño, considerado por muchos historiadores como de los más crueles de la historia.

Lorenzo Valla demostró que era falsa a partir de la filología latina del texto que era más moderna e inexistente en la época de Constantino, remontándose a un texto realizado más de tres siglos después, en la época de Pipino, con la intención de reforzar el poder imperial junto a la Iglesia Católica. La Iglesia cuando falsificó este documento, sacó la leyenda de que el Papa Silvestre I, a quien posteriormente hicieron santo, había curado de lepra al emperador Constantino y éste a cambio le había regalado el imperio romano.

Según las fuentes históricas, Constantino I, no fue nunca cristiano y aún queda por demostrar si su bautizo en el lecho de muerte fue cierto, y en tal caso si fue por su voluntad e incluso después de su muerte, posiblemente bautizado a la fuerza para así la Iglesia afirmar que era oficial y hacerse con el imperio romano, lo cual sería una de las causas de su decadencia y entrada en el largo periodo de la Edad Media.

Lo cierto es que Constantino veneraba a los dioses clásicos y no a Jesucristo, una religión que negaba el culto al propio emperador, pero hasta el momento no se puede saber con certeza lo que pasó en el lecho de muerte de Constantino.

Tras las últimas investigaciones se sabe con certeza que se trata de un documento falsificado en el siglo VIII, tras el golpe de estado de Pipino contra la dinastía Merovingia, y del apoyo del Papado con Esteban II y es en este momento cuando se realizó la "Donatio Constantini", con la intención de legitimar la Dinastía Carolingia ya que según este documento, Constantino había entregado el poder imperial a la Iglesia, siendo Carlomagno el primer emperador coronado por un Papa.

Lo que queda demostrado es que la Iglesia Católica no fue legítima heredera del Imperio Romano, fraude que se demostró ya hace cinco siglos.

Si Lorenzo Valla no fue asesinado por la Inquisición es por que tenía el apoyo Real de Alfonso V de Aragón, ya que hay una guerra para conseguir Nápoles entre la Casa de Aragón y la Casa de Anjou. El Papa dio su apoyo a la Casa Francesa y por esa misma razón Alfonso protegió a Lorenzo Valla, ya que éste había demostrado el fraude de su oponente. La Casa de Aragón ganó la guerra de Nápoles, quedando Alfonso excolmulgado.

Dicho documento ya fue cuestionado con anteriorididad a Lorenzo Valla, en el siglo XII, durante la "lucha de las investiduras" entre Papas y Emperadores y la impugnación de Federico II de Hohenstaufen.

En conclusión, un documento lleno de incoherencias para ser del siglo IV, convirtiéndose en leyenda, producido durante el siglo VIII, con la intención de legitimar el golpe de estado de Pipino contra la Dinastía Merovingia.

Lo cierto es que la Iglesia a pesar de las demostraciones científicas realizadas sobre el documento, sigue sin reconocer el fraude, utilizando dicho documento hasta los años veinte del siglo XX con Mussolini y reconocimiento de los Estados Vaticanos. E incluso ha llegado la influencia de dicho documento hasta nuestros días en España, en la Constitución de 1978 y el Concordato con la Santa Sede.

Gabinete Cultural/El Informal Segorbino