martes, 21 de julio de 2009

El deán de la catedral de Segorbe, Pedro Saborit, satisfecho por las obras encontradas de Camarón Boronat

*La restauración de los 30 lienzos de la iglesia de San Juan de la Cruz descubre once cuadros de los pintores José Camarón y Antonio Villanueva

*La Luz de las Imágenes expondrá 146 obras del siglo XVIII este diciembre en Valencia

Joyas del barroco valenciano ocultas bajo oscurecidas capas de barniz -fruto de diversas restauraciones- y con parches que cambiaron su formato rectangular, por otro con remates semicirculares más acordes con los gustos de la época, en pleno siglo XVIII. De este modo han encontrado los restauradores de la Fundación de La Luz de las Imágenes siete cuadros que, tras unos minuciosos estudios, han podido atribuir al pintor segorbino Camarón y otros cuatro que son obra del artista y arquitecto Antonio Villanueva (Lorca, Murcia).

Los lienzos, que estaban en avanzado deterioro, forman parte del fondo pictórico de la iglesia de San Juan de la Cruz de Valencia. Estaban situados en distintas capillas devocionales y ahora están recobrando su esplendor con las manos expertas de los técnicos de La Luz de las Imágenes, para formar parte de una nueva exposición que llevará por título 'La Gloria del Barroco' y que se abrirá al público en diciembre en un recorrido por el centro de Valencia, en las iglesias de San Juan de la Cruz, San Martín y San Esteban.

«Los restauradores estaban recuperando unos cuadros de la iglesia de San Juan de la Cruz que se creían anónimos. Había un total de 23 lienzos. Hace unos días la responsable de la Fundación de La Luz de las Imágenes, Carmen Quintero, nos informó que se había podido descubrir la autoría de once de ellos, siete de José Camarón Boronat, al que se le encargó pintar los lienzos de las credencias del presbiterio y los de cuatro capillas y cuatro de Villanueva, que pinto las capillas del Santo Cristo y la Virgen de los Desamparados», explicó ayer la consellera de Cultura Trini Miró, en el centro de Conservación de Bienes Muebles de Bétera. En palabras de Trini Miró «nos encontramos ante uno de los conjuntos más importantes de la pintura valenciana del siglo XVIII».

Confirmar la autoría de estas joyas del barroco valenciano no ha sido tarea fácil, «puesto que los lienzos no estaban firmados y los archivos parroquiales fueron quemados y destruidos durante la guerra civil. Hemos recuperado testimonios de obras, por ejemplo de Orellana, donde hablaba de los trabajos pictóricos de Camarón en la iglesia de San Andrés, que posteriormente cambió de nombre y es la actual iglesia de San Juan de la Cruz. Otro testimonio útil ha sido el del erudito Teixidor, que cita en un escrito las pinturas de Camarón», explica el historiador Víctor Marco.

El deán de la catedral de Segorbe, Pere Saborit, -presente ayer en el acto- quedó admirado del hallazgo. «Un compañero mío de la catedral de Segorbe ya fallecido, Ramón Rodríguez, hoz una tesis doctoral en la Universidad de Munich sobre Camarón y en ella explicaba que las obras de Camarón de la antigua iglesia de San Andrés se habían perdido. Hoy ha sido para mí grato comprobar que se conservan y que se están restaurando», según Saborit.

Una vez documentada la autoría, comprobar los rasgos que definen a cada pintor ya no es tan complidado. «Camarón despuntó en su época como gran paisajista. En una de las obras que se está restaurando, titulada 'La Milagrosa llegada de la Madonna di Trapani al monasterio de la Santísima Annunziata', queda patente el dominio de los paisajes. A pesar de ser una obra de temática religiosa, se ve la importancia que le da al río, a la arquitectura y a los árboles», añade Marco.

El dean Pere Saborit, como espectador del hallazgo, explicó ayer que Camarón «pintó la catedral de Segorbe y la cara de una Virgen que veo hoy aquí representada es igual que la de Segorbe».

Antonio Villanueva, como Camarón, «formó parte de la escuela de la Academia de Bellas Artes. Su pintura es muy colorista, utiliza tonos ácidos y, al igual que Camarón, las pinceladas están sueltas», según el historiador.

Los once lienzos de Camarón y Villanueva se terminarán de restaurar este verano y se darán a conocer a los valencianos, junto a otros cuadros patrimonio de la iglesia de San Juan de la Cruz, San Esteban, San Martín y la Catedral, con firmas tan destacadas como José Vergara y Evaristo Muñoz.

Restauración con mucha tela

El minucioso trabajo de los restauradores no sólo está consistiendo en sacar a la luz las figuras religiosas representadas en unos lienzos oscurecidos por el tiempo, además, «hemos tenido que eliminar unos parches de mayor grosor que el lienzo original que se pusieron con posterioridad y telas que se cortaron o añadieron para cambiar el formato del cuadro rectangular a uno más curvo. Ha sido un reto», explican las restauradoras Mar Cussó, Rosa Borredá y María José Boscá.

«Nos hemos encontrado bastidores rotos por la carcoma, telas con parches y que habían perdido la flexibilidad, telas mutiladas, con golpes y películas pictóricas con oxidaciones», añade José Luis Navarro, coordinador del equipo de restauración.

Entre las obras restauradas también destaca un bocaporte de Vergara sito en la Catedral de Valencia. «Es un lienzo que no estaba cogido a un bastidor, sino una tela suelta que se enrollaba o desplegaba para sacar la reliquia de Santo Tomás de Villanueva y que habría sufrido muchos daños, se había repintado en varias ocasiones y tenía parches con telas gruesas», detallan Amparo Ferrandis, Romina Redolat y Nuria Pons.

viernes, 10 de julio de 2009

Chacón sanciona a militares españoles por izar una bandera de España en un monte de Álava

El desenfreno político que vive España ha tenido su corolario en las últimas horas, en uno de los actos más envilecedores de este Gobierno y de la penosa ministra de Defensa que arrastra su catalanismo excluyente hasta convertirlo en una insoportable rémora para la dignidad del estamento castrense. ¿Qué episodio de la política defensiva española podría sobreponerse en importancia al de una ministra que sanciona a unos militares españoles por enarbolar la bandera que, por imperativo moral y profesional, están obligados a defender hasta con sus propias vidas? ¿En qué se ha convertido el ejército español para que un suceso de la proporción y gravedad de este no tenga la sonora respuesta de algunos de los altos mandos devenidos en lamentables coristas de una ministra que evidencia en cada una de sus acciones su odio inveterado a España representada en sus símbolos?

¿Sería verosímil un suceso tan truculento como la sanción a un soldado norteamericano que izara la bandera de aquel país en un monte del estado de California? ¿Habría sido tan drástica la decisión de la ministra si algunos de los soldados sancionados hubiese enarbolado una bandera del colectivo gay o instalado una pancarta contraria a la guerra?

Una soldado posó desnuda hace meses para una publicación semanal y la ministra catalana defendió el principio de la libertad personal por encima del decoro que se le exigiría a un militar español si las circunstancias morales de este país fuesen otras. Una publicación del norte de Marruecos informa de la presencia de confidentes islamistas en algunos acuartelamientos de Melilla y la respuesta de la ministra fue ignorar el asunto. Un soldado transexual hace frente a las bromas de sus compañeros desertando del ejército y la ministra Chacón, disuadida por las feministas y el lobby gay de cualquier medida disciplinaria, sólo tiene palabras de comprensión para el desertor. En cambio, esa misma ministra sanciona con el máximo rigor a la "provocación" de que unos militares izen una bandera de España en un trozo de España.

Un ejemplo añadido a los muchos ejemplos en los que la ministra Chacón interioriza su profundo desprecio hacia un ejército al amparo de nuestros símbolos nacionales. Los únicos que reconocen y en los que se ven representados millones de españoles. Para Chacón, el ejército español es sólo la metáfora del tocador de la señorita Pepi en ridícula versión 'humanitaria'. Cualquier apelación desde dentro de sus filas al patriotismo, a la defensa de nuestros símbolos o a la de España como concepto territorial unitario es percibida como una intolerable afrenta a la escala de valores que esta banda de rufianes gubernativos ha diseñado para España. En un país celoso de su unidad, la provocación de la ministra tendría que ser respondida de forma terminante, salvo que los generales españoles conciban a sus soldados como 'carne de cañón' para las fobias catalanistas de la ministra de Defensa.
¿Podrían reconocerse en ese mismo uniforme castrense y en esa lamentable ministra tantos buenos, dignos y patriotas militares que por el porvenir de España dieron o arriesgaron sus preciosas vidas?

Fuente: Alerta Digital

Una tabla de la Catedral de Segorbe guardaría otro retrato del artista, pintado por Macip o por él

Los expertos ven la obra de Joanes llena de personajes de su tiempo

El autorretrato de Joan de Joanes (Font de la Figuera, 1523 - Bocairent, 1579) de la iglesia de San Nicolás de Valencia no es posiblemente la única imagen del artista en tierras valencianas. Tampoco sería extraño hallar en sus pinturas otros personajes de su entorno. Así, una de las piezas del retablo de la Catedral de Segorbe (la dedicada a la Resurrección) muestra a un joven que sería el pintor renacentista valenciano. Su padre, Vicent Macip (autor del retablo, aunque existen dudas sobre si el hijo fue un ayudante o tuvo una responsabilidad mayor), lo habría usado como modelo -joven y bien parecido- en una de las figuras de soldado.

Según el profesor de la Universitat de València Daniel Benito, tanto Macip (1475 - 1545) como Joanes utilizaron personas de su entorno para humanizar las figuras de sus escenas religiosas.

No existe documentación que pruebe que Joanes es el efebo de la tabla, pero es una creencia extendida desde antiguo, apunta el experto y corrobora el conservador del museo de la citada catedral de Segorbe. Es llamativa la posición en la que aparece representado el artista: recostado a los pies del sepulcro, con la cabeza sobre una mano y los ojos cerrados.

Algunos estudiosos del arte han atribuido la tabla a Joan de Joanes y no a su padre. Por ejemplo, en una muestra organizada sobre el artista en Madrid en 2000 por la Generalitat se incluyó esta tabla. En general, hay una importante vacilación sobre la autoría de la obras realizadas antes de la muerte de Macip. Si se da por buena esta hipótesis, se trataría del primer autorretrato del artista, anterior al de la tabla de San Miguel de la iglesia de San Nicolás.

Como publicó Levante-EMV el pasado martes, Joanes sería el extraño personaje con barba que, a diferencia del resto, aparece mirando hacia los espectadores.

Para los expertos consultados, no es extraño que el artista se autorretratase, al igual que utilizaba otros modelos reales para sus cuadros. "Es muy posible que haya distintos retratos de Joanes y personas de su entorno y su familia en el corpus de sus pinturas", afirma Daniel Benito. En su opinión, sería oportuno un estudio para intentar localizar estas apariciones.

González Martí apuntaba en 1962 razones de vanidad para el caso de San Nicolás. Según el historiador Rafael Gil, habría también una voluntad religiosa al inmortalizarse en escenas sagradas.


Fuente: Levante de Castellón